Ya cayó, cuadro non grato para el gobierno de Ulises.
Artistas originarios del estado habían montado Juárez en su bicentenario; a Ana Santos no se le permitió participar.
La Jornada
HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO
A cuatro meses de empezado el movimiento magisterial y popular en Oaxaca, el gobierno dio señales de vida desde "el exilio" para censurar una exposición plástica en el Museo de la Pintura Oaxaqueña y para imponer en Tehuantepec como presidente municipal a un sobrino del presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado, Hector Anuar Mafud Mafud, en una pugna entre priístas. Como si todavía fueran los viejos tiempos.
La exposición Juárez en su bicentenario, en la que colaboraban unos 50 artistas originarios o residentes de Oaxaca, fue suspendida luego de que, de última hora, se prohibió participar a la artista Ana Santos con su obra Ya cayó, que no es sino una adaptación de algo que ya está en las castigadas paredes de la ciudad. Santos, una artista callejera de renombre internacional, ha poblado los muros con sugerentes "sombras", desde años atrás.
La pieza prohibida muestra a un Benito Juárez "bien banda" pateando al actual gobernador. En cierto modo, ilustra una de las consignas más socorridas en las marchas de mujeres, maestros e indígenas: "Si Juárez viviera, a Ulises escupiera". Ya no es una simple irreverencia, como la de Francisco Toledo, hace 20 años, con Lo que el viento a Juárez; se trata de una disputa por el prócer entre el gobierno priísta, que siempre lo ha administrado, y el pueblo.
Siendo el bicentenario del Benemérito de las Américas, su figura dio pie a homenajes, ediciones lujosas, frondosa publicidad y otras formas de gastar el presupuesto en un estado de pobreza ancestral, pero lleno de nuevos y lujosos edificios públicos y parques brutalmente remozados sin necesidad. Con la controvertida "aparición" de grupos armados en la sierra Juárez, donde naciera el prócer zapoteco, las autoridades municipales y tradicionales de la región indígena invocan a don Benito como garantía de que ellos son gente de paz y en sus territorios no existe guerrilla alguna.
Esto, mientras los diputados locales de todos los partidos corren al Distrito Federal para solicitar a la Secretaría de Gobernación el envío de la Policía Federal Preventiva para restablecer el orden "sin represión", y el Cisen suelta un desaseado informe sobre los vendidos o delincuentes o subversivos que serían los líderes de los maestros y la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO).
Las barricadas siguen. Los plantones se reforzaron a partir del lunes; en el Centro Histórico se reinstalaron los campamentos. Esta mañana había asambleas en cada cuadra en las inmediaciones de oficinas ocupadas, estaciones de radio y calles del primer cuadro: miles de maestros informándose de la asamblea estatal de la sección 22, debatiendo sus resolutivos y el rumbo que han tomado las negociaciones de la Comisión Unica de Diálogo de su movimiento con el secretario de Gobernación, Carlos Abascal, y el jefe panista del Senado, Santiago Creel.
La APPO realizó hoy, durante horas, su asamblea estatal respectiva, en vísperas de reiniciar el díalogo con el gobierno federal y a menos de 48 horas de que empiece una caminata de las bases magisteriales y populares a la ciudad de México, para denunciar la ingobernabilidad del estado y demandar la salida de Ulises Ruiz.
En tanto, el sábado pasado, el administrador de empresas y ex dirigente local de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) Enrique Estefan Mafud tomó posesión como edil de Tehuantepec, en sustitución de José Enrique Ojendis, a quien la Cámara de diputados local se dio tiempo de destituir.
Estampas de plantones que se refuerzan
"Haz de la radio una bomba", se lee en un muro de la calle Reforma. Un aparato transmisor trazado con aerosol lleva la manija de un detonador de dinamita, y la mecha corre hasta un micrófono que estalla. A pocas cuadras, la estación ocupada Radio Oro transmite la voz de la APPO, que no es una bomba, por supuesto, pero sirve como detonador de las conciencias conectadas, informadas y movilizadas.
No lejos, en el plantón que resguarda la mencionada radiodifusora, el toldo más grande en el mar de plásticos y lonas que techa las calles entre una telaraña de mecates fue originalmente un espectacular donde el PRI promocionaba la "vialidad" presuntamente lograda por sus administraciones. Reciclado como techo para el sol y la lluvia, el toldo da vida útil a lo que de otra manera sería sólo basura poselectoral.
Para iniciar la semana, un joven pintor anónimo instaló su caballete en un costado del zócalo oaxaqueño y durante horas plasmó sobre un lienzo el paisaje de la plaza en plantón, repleto de mantas y gente. Horas después, y habiendo gozado de un abundante público de mirones intermitentes, el óleo en progreso estaba casi concluido, luminoso como la tarde misma, un poco impresionista y bien logrado.
Las noches recientes, en las barricadas nocturnas instaladas en los barrios y municipios periféricos (Brenamiel, Santa Lucía, Xoxocotlán y otros) se ha visto un renovado movimiento de mujeres de edad, madres de familia, para hacerse cargo de las posiciones de guardia y de paso cuidar las manos a los jóvenes que también pernoctan, y a veces se comportan agresivamente con los automovilistas.
En su entrega de septiembre, La Patria Ilustrada, "publicación emergente" de algunos de los más importantes artistas y escritores locales, sin ignorar los "excesos" de "algunos integrantes del movimiento social", Abraham Ortiz Nahón escribe: "Oaxaca no sólo ha sufrido los embates de la política local, sino también el desdén y el menosprecio de la clase política central, al dejar que el problema crezca exponencialmente y al privilegiar los intereses privados, dejando que Oaxaca se hunda. Pensará el poder: 'El estado más pobre del país no vale tanto, el folclor emanado del sur no vale en la realidad, sino en el ensueño'". Por su parte, Guadalupe Angela señala en el mismo número: "Ya no será posible gobernar sin escuchar la voz de la pobreza".