Con menos del 9 por ciento de los distritos en donde hubo recuento de votos, más de 126,000 votos se encuentran desaparecidos o inventados ilegalmente.Por Al GiordanoParte V de una serie especial para The Narco News Bulletin
Finalmente, ya están apareciendo las cifras reales. En el “recuento parcial” de las papeletas de votación para las
elecciones presidenciales en México del 2 de julio, ordenado por el Tribunal Supremo Electoral (conocido como el Trife), el recuento se ha completado en 10,679 distritos de los 11,839 ordenados por la corte (alrededor de un 9 por ciento de los 130, 000 distritos de México). Desde esos recintos, Narco News ha obtenido los siguientes números preliminares que confirman el masivo y sistemático fraude electoral inflingido al pueblo mexicano:
En 3,074 distritos (29 por ciento de los recontados), 45,890 votos ilegales – un número más alto que el de los votantes que depositan papeletas en cada puesto de votación – fueron encontrados aglomerados en el interior de las cajas de recolección de votos (un promedio de 15 por cada uno de estos distritos, principalmente en fortines del Partido para la Acción Nacional -PAN- del Presidente Vicente Fox y su candidato Felipe Calderón).
En 4,368 distritos ( que conforman el 41 por ciento de los votos recontados) 80,392 tarjetones de ciudadanos que votaron están desaparecidos (hay un promedio de 18 votos en cada uno de estos distritos).
Juntos, estos 7,442 distritos contienen cerca del 70 por ciento de los tarjetones recontados. La cantidad de tarjetones, ya sean robados o adulterados, suman 126,282 votos alterados.
Si los resultados del reconteo de estos 10,679 distritos (el 8.2 por ciento de los 130,000 puestos de votación de la nación) se proyectan a nivel nacional, ello significará que más de 1.5 millones de votos fueron robados o manipulados, en una elección cuyo primer conteo oficial declaró a Calderón como ganador, con tan sólo 243,000 votos.
Entre los hallazgos de este muy limitado reconteo parcial está que en 3,079 distritos donde el partido del PAN es fuerte, y en donde en muchos casos el Partido de La Revolución Democrática (PRD) del candidato Andrés Manuel López Obrador no contaba con veedores de conteo de votos nocturnos, una o más de tres cosas ocurrieron. O bien el Instituto Federal Electoral (IFE) repartió ilegalmente más tarjetones con respecto al número de votantes que hay en dichos distritos electorales;. o el PAN robó los tarjetones de más; o los tarjetones fueron falsificados.
“Taqueo y saqueo”
Los recuentos preliminares demuestran principalmente dos tipos de fraude:El “taqueo”, es decir el relleno de las urnas de votos con votos falsos – como si se pusieran fríjoles extras dentro de un taco – y el “saqueo”, o sea la desaparición de tarjetones legítimos.
Un problema significativo para la democracia mexicana (tanto para aquellos que dicen que la elección fue limpia, como para quienes ven esta evidencia como prueba de un fraude electoral) es que no hay manera de decir, al interior de cada urna electoral, qué tarjetones son legales y cuáles no. Asimismo no es posible saber cuáles tarjetones fueron robados y cuáles no.
En algunas disputas post electorales para cargos estatales y locales que se dieron en el pasado, la corte electoral del Trife ha optado, basándose en este tipo de evidencia, por anular los resultados en los distritos donde hayan ocurrido el relleno o el saqueo.
Si el Trife sigue la ley y sus propios precedentes establecidos, y anula los resultados en estos 7,442 distritos donde se cometió fraude, se invertirían los resultados oficiales, y López Obrador saldría ganador con más de 425,000 votos en todo el país.
Específicamente Calderón perdería 1, 225,326 votos de su acumulado, mientras López Obrador perdería tan sólo 556,600, haciendo una diferencia de 668,726. Suponiendo que las afirmaciones del IFE - según las cuales Calderón tiene más de 243,000 votos de ventaja – sean ciertas, aún así López Obrador ganaría la elección con esos 425,000 votos de más.
En otras palabras, si el Tribunal Supremo Electoral determina que sólo la mitad de los distritos electorales serán anulados, López Obrador seguiría siendo declarado el ganador presidencial. Para poder seguir imponiendo a Calderón, en este punto, se requeriría la aprobación por parte de la Corte de los resultados en por lo menos 4,000 distritos, los cuales – tal y como lo demostró el recuento – fueron escenarios de crímenes electorales, robo de sufragios y manipulación. Al no anular tales distritos, la corte logrará, en efecto, anular la legitimidad del Estado Mexicano, encendiendo la mecha de un conflicto social más grande que cualquier otra cosa que haya ocurrido, como consecuencia de estas elecciones fraudulentas.
El tiempo corre
La corte del Trife tiene como fecha límite el 31 de agosto para sus cómputos y el 6 de Septiembre, ya sea para declarar un ganador presidencial, o anular las elecciones. La corte tiene un poder bastante amplio para anular hasta un 20 por ciento de las que hubo en los distritos, sin anular la totalidad ( la anulación implicaría que el Congreso escogiera a un presidente interino y que convocara a elecciones antes de dos años). Si el Trife anula un 20 por ciento en los distritos, la totalidad de las elecciones tendría que ser anulada.
López Obrador y sus seguidores han pedido un recuento de todos los distritos “voto por voto, distrito por distrito”. Y la verdad es que los resultados del recuento parcial sugieren fuertemente que un recuento total demostraría que ellos ganaron las elecciones. A medida que la tensión ha aumentado, y las fechas definitivas se aproximan, los seguidores de López Obrador mantienen un campamento de 12 millas en el centro de la Ciudad de México; han cerrado simbólicamente los edificios gubernamentales; han llevado a cabo manifestaciones con millones de manifestantes; han organizado campamentos en las afueras de las oficinas del IFE de todo el país y la semana pasada iniciaron “tomas” de cabinas de peajes en autopistas federales, permitiéndole a los conductores el paso sin pagar.
López Obrador ya ha anunciado que si el Trife impone a Calderón, “habrá resistencia civil” el 1 de septiembre en los pasillos del Congreso – cuando el Presidente Vicente Fox debe dar su discurso anual del Estado de la Unión – y el día de la Independencia Nacional de México, el 15 de septiembre, cuando el Presidente lidere “el grito del dolor” desde el Zócalo de Ciudad de México, mientras los que se oponen al fraude lo desplazaran con su propio grito.
Muchos analistas vieron la negativa de la Corte del Trife de hacer un recuento total, como una muestra de su voluntad por imponer a Calderón como presidente a cualquier costo. Otros consideran que el propio precedente de la Corte de anular distritos donde hubo anomalías electorales la pone en la posición de tener que anular esos 7,442 distritos (casi el 6 por ciento del total nacional) y anular los resultados de la elección. Asimismo, recientemente uno de los jueces de la Corte Suprema sugirió en público que si el Trife no puede o no quiere dar certeza sobre los resultados, la Alta Corte podría intervenir. En otras palabras, el 6 de septiembre puede no ser la última fecha del conflicto legal de estas elecciones empañadas.
Presencia de mala intencion
El UniversalEl recuento parcial también ha revelado más evidencias de un patrón de malas intenciones de los funcionarios del IFE. La existencia de más tarjetones que votantes en los fortines electorales del PAN. muestra que el IFE envió ilegalmente más tarjetones de los permitidos a dichos distritos, o que, de algún modo, el partido en el poder los obtuvo por algún otro medio ilegal. El recuento también ha revelado un número masivo de distritos donde los sellos de las urnas habían sido rotos desde el día de las elecciones, abriendo la posibilidad de que tarjetones hubieran sido insertados o removidos después del 2 de julio.
El duopolio de la televisión de México –Televisa y TV azteca– se han negado a reportar la irregularidades que han salido a partir del recuento parcial. Lo mismo pasa con la mayoría (no todos) de los medios corporativos. Los hechos han roto el bloqueo mediático a través de Internet y la organización de la gente, al igual que la información detallada
del diario La Jornada en Ciudad de México, el diario Por Esto! En Yucatán (dos de los cuatro periódicos más grandes) y otro tipo de medios. Súmenle a esta esquizofrenia mediática el hecho de que aquellos que apoyan a Calderón, e insisten en que las elecciones fueron limpias, son pasivos y sin ninguna convicción. Mientras que los millones que creen que se cometió fraude electoral son activos, y es evidente que a medida que el Estado Mexicano ha perdido legitimidad, los medios corporativos han perdido credibilidad y poder para manipular a la opinión pública.
Foto: D.R. 2006 ReformaEsta mañana parte del campamento de protesta en el centro de Ciudad de México, a lo largo de la Calle Madero, fue levantado por sus miembros, y miles, en masa se movilizaron a las entradas del Congreso Federal. La policía anti disturbios les impidió llegar a las puertas. Hubo algunos forcejeos, como lo muestran las fotos que acompañan esta nota. Pero los manifestantes -que excedían en miles a los policías – estuvieron pacíficos, teniendo todavía algo de esperanza en que el Tribunal Electoral del Trife hará lo correcto y anulará el fraude.
No obstante, la paciencia es delgada como una cuchilla, y mientras el tiempo corre hacia la decisión que el Trife debe tomar el 6 de septiembre, la corte electoral y sus siete jueces tienen los hechos en sus manos: la evidencia de un fraude sistemático que cambió los resultados y que el recuento parcial ha demostrado.
Los manifestantes anti-fraude han mantenido una vigilia pacífica en los alrededores del Congreso de la Ciudad de México por varias semanas, en la cual han participado varios de los actuales senadores y miembros del congreso. A las 2:15 de la tarde miembros de la Policía Federal Preventiva (PFP, la misma que invadió San Salvador Atenco en mayo) atacó el campamento de acuerdo con este reporte de la jornada. (El reporte indica que seis congresistas y mujeres fueron atacados, y que el número de legisladores heridos fue de 11.)
Cuando las Fuerzas Policiales atacan e impiden a senadores y miembros del congreso su ingreso a sus instalaciones de gobierno, eso significa golpe de estado. Es una invitación a la revolución social. Los hechos recientes en las últimas semanas y meses en México sugieren que Vicente Fox y sus fuerzas de ataque se equivocarán si creen que hay suficientes policías en el país como para detener el cambio en la historia que él está provocando desde arriba.
Hoy se cumplen dos meses, desde el 14 de junio, cuando 15,000 ciudadanos de Oaxaca se
enfrentaron a los policías antimotines y detuvieron a 3,000 de ellos en el centro histórico de la ciudad, revelando las “nuevas matemáticas” de los movimientos de protesta mexicanos. Desde entonces, han tomado la
estación de televisión estatal y más de 30 edificios de la ciudad. Además, detuvieron las actividades del gobierno estatal, para exigir que el represivo Gobernador Ulises Ruiz Ortiz renuncie a su cargo. Pero su número se constituye como una fracción de las masas que en la Ciudad de México se resisten al fraude electoral.
A este conflicto pos electoral, se suman otros asuntos más relacionados con el de Oaxaca, tales como la situación sin establecer de 30 prisioneros políticos arrestados durante el 3 y el 4 de mayo en San Salvador Atenco; la llegada de los comandantes indígenas del EZLN allí, que se encuentra pendiente, y la silenciosa organización que se está llevando a cabo en ciudad de México y otros estados por el subcomandante Marcos – junto con miles de organizaciones y adherentes a la Otra Campaña Zapatista – que fuera del lente de los medios y del espectáculo de las elecciones, se organiza hacia una rebelión nacional más ambiciosa, que antes de salvar un voto en una elección particular, busca, más bien, derrumbar un sistema económico. Si el Trife impone el fraude, acelerará el calendario zapatista como consecuencia.
Si los 7 jueces electorales creen que llevar a cabo un recuento parcial calmaría las pasiones, los hechos desencadenados por ello, en cambio, las han encendido. Lo que los jueces hagan con las evidencias determinará si las instituciones corrigen el fraude, o si las instituciones se arriesgarán como en Oaxaca, a caer del poder por tratar de imponer un intolerable crimen contra la sociedad mexicana y la democracia. Lo que siete jueces decidan en las próximas tres semanas señalará un punto decisivo en la historia de México…y de toda América.