Cambiemos a México

lunes, septiembre 25, 2006

EL FLAMANTE EX GOBER PRECIOSO POR PRIMERA VEZ DICE UNA VERDAD.

"Cualquier intentona de privatizar el sector energético desatará una movilización nacional"

El gobierno de Calderón aún no empieza y ya es manchado por las ambiciones: Murat

ENRIQUE MENDEZ

El próximo gobierno de Felipe Calderón, aún sin iniciar funciones, "comienza a ser manchado por las ambiciones internas y externas" de quienes, como "el grupúsculo convocado por Forbes", ven en el petróleo y la electricidad de México "el objetivo primordial para satisfacer la doctrina, impuesta desde hace varios años, de los consensos de Washington", sostuvo el diputado priísta José Murat.

Ante la nueva perspectiva de las trasnacionales hacia el petróleo de México, el legislador priísta advirtió que "no se permitirá un despojo a la nación", y planteó que una intentona de privatizar las industrias eléctrica y petrolera provocará una movilización nacional para defender a dos empresas estratégicas, Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, que son las últimas dos propiedad de la nación.

"El recuento de las privatizaciones que han demandado las políticas neoliberales deja un saldo negativo al pueblo y al gobierno de México", y señaló que las recetas económicas aplicadas desde hace 24 años no sólo han empobrecido aún más a los gobiernos, sino han llevado a millones de mexicanos a la pobreza extrema.

Al tomar posición sobre la definición de empresarios, funcionarios y políticos convocados por Forbes para promover la privatización de la industria energética mexicana, Murat afirmó que "ese grupúsculo que proyecta un 'nuevo país' no ha considerado el escenario que dejó la crisis pre y poselectoral".

Porque, aseguró, como si no fueran suficientes los problemas político-electorales del país, los grandes intereses financieros nacionales, trasnacionales y multinacionales comienzan a moverse en "los terrenos pantanosos que dejaron las autoridades electorales. En las actuales circunstancias, quien desee moverse para privatizar la electricidad y el petróleo se hundirá".

Hasta ahora las privatizaciones han derivado en una decepcionante realidad, pues mientras millones de mexicanos han caído en la miseria, la actividad económica se concentra en un pequeño grupo de empresas y empresarios, evaluó.

En ese sentido, insistió en que no se permitirá otro despojo a la nación, porque "en México no puede permitirse la protección a los grandes intereses económicos y financieros, dañando a las clases sociales más necesitadas; no se puede continuar argumentando que la estabilidad, el crecimiento y el desarrollo económico solamente dependen de las privatizaciones. Esta es la gran mentira con la que se han movido los gobiernos neoliberales y con la que aspiran a actuar quienes estarán en el poder".

Murat consideró que con la práctica sistemática de las privatizaciones, el gobierno y la sociedad transitan hacia "enormes riesgos que nadie desea", y planteó que la entrega indiscriminada del patrimonio nacional -en este caso el sector energético- a manos de particulares, nacionales o extranjeras, "nos dejaría en total indefensión".

Por ejemplo, dijo, los resultados de las privatizaciones han sido demoledores para la clase trabajadora, y el saldo de la protección y beneficios para el poder financiero también ha sido devastador para la población.

Los gobiernos del PRI y del PAN, cuestionó, sólo han beneficiado a la clase empresarial, y recordó los casos del Fobaproa, del rescate carretero y del rescate azucarero. También señaló que ninguna administración federal ha emprendido un rescate de ex braceros, de indocumentados, de campesinos o de indígenas, "y, paradójicamente, son todos ellos los que también pagan" el rescate bancario.

El legislador del PRI resaltó que la venta del patrimonio nacional sólo ha rescatado a los grupos que se mueven alrededor del poder presidencial, y señaló que si el PAN, el gobierno y las trasnacionales persisten en su proyecto de privatizar el sector energético, primero tendrían que responder muchas preguntas, porque la venta de Pemex y la CFE en nada beneficiaría a la población, sino en todo caso a los compradores y a la elite gubernamental que lo promueva.


 
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