Cambiemos a México

lunes, septiembre 25, 2006

Agentes oaxaqueños dispararon a la gente, afirman testigos

-Ataque policiaco contra civiles, maestros y APPO

-Funcionaria admite la participación de policías ministeriales en el operativo Todo esto, en la reaparición de Ulises Ruiz en la ciudad.

La Jornada
HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Oaxaca, Oax. 24 de septiembre. El intento de reaparición del gobernador Ulises Ruiz Ortiz en las cercanías del centro histórico de la capital desencadenó una serie de hechos, entre los cuales destaca el ataque armado por decenas de presuntos policías de civil y grupos de cholos contra miembros del magisterio y de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en la parte posterior del hotel Camino Real. En el ataque recibió un balazo en el brazo un hombre de unos 50 años, y seis personas resultaron heridas por golpes de tubos y palos.

Testigos afirman que, además, los atacantes se llevaron a una mujer joven. Después de golpearla hasta dejarla inconsciente "la subieron a una camioneta negra de vidrios polarizados y se fueron". Si bien no ha sido identificada por su nombre, los miembros de la APPO la consideran "desaparecida".

Los hechos ocurrieron alrededor de la 15 horas en la esquina de las calles Reforma y Abasolo, a espaldas del hotel. Rita, ama de casa, se encontraba en el lugar, participando en el cordón de plantonistas que acordonaba el perímetro del Camino Real con su niño de cinco años. Cuenta que vio aproximarse corriendo a decenas de hombres que parecían policías y empezaron a golpear a la gente. Asegura que al frente se encontraba Aristeo López, jefe de la policía capitalina.
"Venían como del parque El Llano. Aristeo nos gritó con groserías: 'Quítense o se los va a cargar la verga, hijos de su puta madre', y soltó el primer disparo." Enseguida, los agentes dispararon durante varios minutos sobre la calle Abasolo en dirección a la calle 5 de Mayo, donde se encontraban personas que se habían desplazado desde los plantones del centro, tras recibir versiones de que Ulises Ruiz se encontraría en el inmueble.

En el interior se encontraban el periodista Ricardo Rocha y su equipo de producción, y no sólo hospedados; allí habían realizado diversas entrevistas, incluida una, esta mañana, con voceros de la APPO. La gente congregada, que aumentaba en número, lo rodeó y le fue retenida una cámara. Su habitación fue cateada, y por encontrarle documentos gubernamentales lo creyeron funcionario.

Visiblemente molesto, Rocha se retiró de manera intempestiva en una camioneta blanca junto con sus colaboradores. La multitud lo rodeó demandándole que dijera la verdad de lo que ocurre en Oaxaca. El había sido zarandeado en los pasillos del hotel, y luego su vehículo. Finalmente se retiró. Esta tarde, en el Zócalo, la APPO ofreció una disculpa al comunicador.
En el lugar de la agresión fueron recogidos unos 30 casquillos, calibres 38 y 9 mm, pero los disparos fueron más de 50, según todos los testimonios. Elena, mujer de edad que transitaba por Reforma con su esposo al momento del ataque, refiere que los agentes corrían con palos y tubos. "Las pistolas se las vi hasta cuando venían de regreso, después de dispararlas."

En el "viaje de ida", procedentes del parque El Llano, los agentes la golpearon a puñetazos, la insultaron y la arrojaron contra un muro. A su esposo lo tundieron a tubazos y lo dejaron tendido en la banqueta para luego seguir su carrera. "En cuanto llegaron atrás del hotel y se les unieron en la esquina unos cholos que venían por Abasolo, comenzaron a disparar", cuenta doña Elena. Otros testimonios refieren que los cholos procedían del edificio donde estuvo el diario Noticias, el cual permanece ocupado por miembros de la CROC desde el año pasado. Repetidamente se les ha denunciado como grupos de choque.

La versión oficial, en voz de Luz Divina Zárate Apack, titular de comunicación social, admite que el operativo fue hecho por policías ministeriales (al menos en parte), pero atribuye los disparos "a la APPO", lo cual es indemostrable porque los disparon salieron del extremo opuesto de la calle. Además, la funcionaria define el ataque como "un rescate" de Ricardo Rocha y "dos" legisladores locales que se encontraban con él. El presunto rescate no ocurrió.

Pero hay historia previa. Menos de dos horas atrás, pasado el mediodía, Ulises Ruiz había hecho una aparición pública precisamente en El Llano, parque cercano al lugar de los hechos violentos. El gobernador comió quesadillas en la calle y supervisó las obras que semiliquidaron el también llamado parque Juárez, aparentando normalidad. (Esto, luego de las declaraciones amenzantes del sábado contra el magisterio, por parte suya y del titular de educación estatal, Emilio Mendoza Kaplan.) Apenas fue registrado el "idílico" momento por algunos medios, e hizo su aparición una brigada móvil de la APPO, notificada de que Ruiz Ortiz se encontraba allí, al grito de "Ulises, fuera de Oaxaca", pero el gobernador ya no estaba.

Pocas cuadras adelante se localiza la escuela Abraham Castellanos, y a sus espaldas el ex convento Santa Catalina de Siena, fundado en 1577, hoy convertido en el hotel Camino Real. Tras la mencionada aparición del gobernador, miembros de la APPO identificaron frente al hotel la camioneta Jeep Cherokee color azul de Bulmaro Rito Salinas, diputado priísta y líder camaral. Hicieron huir al chofer y condujeron el vehículo al Zócalo. Posteriormente, ante el Ministerio Público que participa en la Comisión de Incidencia de la Secretaría de Gobernación, la APPO abrió el vehículo y encontró 200 mil pesos en billetes nuevos de 500 pesos, y envueltas para regalo cuatro plumas Mont Blanc y un juego de arracadas de oro.

Allí llegó la versión de que Ruiz Ortiz estaba en el hotel. Topiles y miembros de la APPO se desplazaron allá. Encontraron cerradas las grandes puertas de madera. Las abrieron a la fuerza, con un poste del valet parking. El interior, decorado con antigüedades y amueblado con suntuosidad, parecía desocupado. Hombres y mujeres, algunos con el rostro cubierto, se desparramaron por los pasillos y dormitorios del ex convento.

En el interior habían estado dos diputados (PRI y PAN), quienes abandonaron el hotel por atrás. La gente encontró sólo a los trabajadores de la empresa, a Rocha y sus colaboradores. Fue más o menos entonces cuando comenzaron los balazos en la calle. Entre los numerosos testigos del tiroteo se encontraban los diputados federales de Convergencia Humberto López Lena y José Luis Aguilar Rico, a quienes les pasaron cerca las balas y luego declararon alarmados: "éste es el verdadero Oaxaca de Ulises Ruiz".

Para entonces ya se habían congregado centenares de personas. Javier Mújica, de la Federación Internacional de Derechos Humanos, confirmó in situ "una situación de ingobernabilidad". Las fachadas del hotel quedaron grafiteadas. Esta noche había renovada tensión en las barricadas de la ciudad, que fueron reforzadas.


 
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