Cambiemos a México

miércoles, octubre 25, 2006

Cuarto poder ciudadano
Alejandro Gertz Manero
25 de octubre de 2006

El atraso ancestral de los poderes públicos en México ha impedido resolver las grandes carencias de nuestra sociedad en materia de desempleo, desigualdad económica, seguridad, justicia y corrupción; y por esa razón, la comunidad entera lo mismo descalifica a sus jueces que a sus policías, en tanto los niveles de desprestigio a los que ha llegado el Poder Legislativo se hacen evidentes en cada encuesta; mientras ocurre lo mismo con cualquier servicio público, en el que permanentemente se encuentran obstáculos o corrupción e ineficiencia.

Este diagnóstico se refrenda a diario a través de medios y protestas, mientras la mitad de la población votante del país se niega sistemáticamente a brindar su apoyo a partidos a los que repudia; y en esa dinámica tenemos que arribar a la conclusión de que los tres poderes que Montesquieu promovió en el siglo XVIII para contener los abusos de reyes omnipotentes y despóticos, se han ido convirtiendo en una estructura de tres cabezas, pero con un solo cuerpo real, que fundamentalmente obedece a sus propios intereses y a los de sus socios o sus cómplices, mientras considera al pueblo mismo, que es la razón de su existencia, como un obstáculo al que hay que eludir, o como una masa indefensa a la que se puede engañar impunemente, lo cual nos vuelve a llevar al mismo fenómeno abusivo que el propio Montesquieu trató de sujetar.

Ante este fracaso, los ideólogos y los sabios del sistema intentan encontrar fórmulas para lo que ellos llaman "gobernabilidad", que no es más que una manera de encubrir la necesidad patológica de ejercer un poder absoluto al margen de los derechos y las garantías individuales de una población ignorada o manipulada a través de una publicidad mediática abrumadora que encubre momentáneamente los sucesivos fracasos, que siempre acaban emergiendo y evidenciándose. Frente a esta realidad no hay más que una opción viable, que es la creación de un cuarto poder: el de los ciudadanos que sí cumplen y también exigen cuentas, que ya se ha ido expresando a través de instituciones y personajes de la sociedad civil, quienes a diario libran la batalla por el pueblo, a través de organizaciones no gubernamentales y asociaciones civiles que luchan por la salud y el bienestar de niños y ancianos, la rehabilitación de minusválidos, la defensa de la ecología y de la sociedad en todos sus aspectos.

También en universidades y centros de estudios surgen científicos y luchadores sociales que llegan inclusive a obtener el Premio Nobel, creándose así toda una red de defensa social, que exige transparencia en los índices delictivos, en las conductas del poder y en los resultados del aparato educativo; a través de una dinámica social que indudablemente nos debe llevar a la auténtica reforma del Estado, creando un cuarto poder ciudadano que surja de esas instituciones y conductas comunitarias para constituirse en una nueva institución autónoma votada por el pueblo, al margen del oligopolio partidista; para que así tenga la fuerza suficiente para requerir la transparencia y la rendición de cuentas de los otros tres poderes ante la sociedad; promoviendo y fiscalizando las sanciones que se deban aplicar, como ya lo propuso acertadamente, en materia electoral, el maestro Juventino Castro y Castro.

Si esta nueva revolución logra sus propósitos, cada uno de los mexicanos tendremos un cuarto poder ciudadano, democrático y representativo, que se sustente en el espíritu de Montesquieu para exigirle cuentas a los otros tres poderes, reencauzando así la vida y el futuro de nuestra patria.

editorial2003@terra.com.mx
Doctor en Derecho


 
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