Cambiemos a México

miércoles, septiembre 13, 2006

PALABRAS DEL CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA DE LA COALICIÓN POR EL BIEN DE TODOS, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, EN LA ASAMBLEA INFORMATIVA, EN EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO 12 SEPTIEMBRE 2006.

Amigas, amigos:

Qué gusto estar con ustedes en esta Asamblea Informativa. Estamos en el día 45 de la resistencia civil pacífica. Aquí Jesusa Rodríguez ha dado a conocer el programa artístico-cultural para el 15 de septiembre, ha dicho que vamos a comenzar este festival a las 12 del día del 15 de septiembre. Yo les propongo a ustedes que ese día nos congreguemos a las 11 de la mañana para que celebremos nuestra Asamblea Informativa, que va a ser en esta etapa la última Asamblea Informativa, porque al día siguiente tenemos la Convención Nacional Democrática.

Entonces, convoco para la Asamblea Informativa del día 15, a las 11 de la mañana, e invito a todos los ciudadanos del Distrito Federal, del Estado de México, a los que nos están escuchando en sus casas, porque estas asambleas, repito, se están transmitiendo por radio, en Monitor.

Por eso invito a todos los que nos están escuchando para que nos congreguemos desde las 11 de la mañana el día 15, luego a las 12 del día inicial festival artístico-cultural y a la hora adecuada, a las 11 de la noche, vamos a celebrar aquí el Grito de Independencia.

Amigas, amigos:

Estamos a cuatro días de la Convención Nacional Democrática. Está quedando claro, cada vez más, que la Convención marcará el inicio de una etapa nueva en la vida pública de México, que con la Convención iniciaremos la construcción para el establecimiento de una nueva República en nuestro país. Con la Convención se inicia, repito, el proceso de construcción de una nueva República.

En la Convención, como asamblea soberana, con la representación de todos los pueblos de México y con la asistencia de más de un millón de delegados de todo el país, en este histórico acontecimiento, en esta Convención, vamos a dejar abolido el régimen de corrupción y privilegios, y estoy seguro de que por mayoría, por unanimidad, se desconocerá al gobierno usurpador que pretende encabezar Felipe Calderón Hinojosa.

Son muchos los asuntos que se van a tratar en la Convención. Por ejemplo, de la Convención surgirá un nuevo gobierno y un programa de acción con cinco objetivos fundamentales, como lo hemos venido señalando, un programa con cinco objetivos fundamentales: combatir la pobreza, defender el patrimonio nacional, desterrar la corrupción y la impunidad, garantizar el derecho a la información, y transformar a las instituciones.

Precisamente, sobre éste último punto, del rescate y la transformación de las instituciones, se ha presentado hace un momento la propuesta de convocar a un Constituyente para reformar la Constitución.

Debe considerarse que si nos hemos propuesto construir una nueva República, con una nueva forma de hacer política y con nuevas instituciones, es indispensable una nueva legalidad, un nuevo orden constitucional.

Por ejemplo, tenemos que rescatar al Poder Judicial y, de manera particular, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tenemos que rescatar esta institución de manos de un grupo de privilegiados que son los que realmente mandan y dominan en ese poder.

Este Tribunal ha dejado de impartir justicia en lo fundamental y se ha dedicado a proteger a delincuentes de cuello blanco y a políticos corruptos.

Por eso, desde el Zócalo, corazón político de nuestro país, repito que mientras el Poder Judicial no sea, como lo fue en la época de la República restaurada, en la época del Presidente Juárez y del Presidente Lerdo, el faro de la ley, y los ministros de la Corte no actúen como hombres libres, es recomendable, y eso es lo que les mandamos a decir, que quiten del salón de plenos el retrato de Benito Juárez y que mejor coloquen en su lugar el de Diego Fernández de Cevallos.

Es urgente rescatar esta institución para que verdaderamente cumpla con el mandato constitucional y esté al servicio del pueblo y no de unos cuantos. Y para eso es indispensable reformar la Constitución, porque sólo así podríamos llevar a cabo este proceso de renovación del Poder Judicial.

Podrían hacerlo ellos mismos, es decir, como poder autónomo, como poder independiente esa reforma podría surgir del interior del Poder Judicial, pero sabemos que no lo van a hacer porque ese Poder está tomado, está secuestrado por una minoría que no le interesa para nada la impartición de justicia y el beneficio de nuestro pueblo.

Por eso se tiene que reformar la Constitución, para obligarlos a reformar al Poder Judicial.

Muchas cosas se tienen que hacer para garantizar que no haya corrupción, que no haya impunidad al interior del Poder Judicial, que los jueces, los magistrados y los ministros actúen con rectitud y decoro.

Tiene que haber, por ejemplo, al interior de ese Poder, un mecanismo de control, de supervisión, de vigilancia. Porque, miren ustedes, crearon una organismo que supuestamente desde 1991 tiene esa finalidad, pero hasta ahora han pasado muchos años y no hay un sistema de control al interior del Poder Judicial.

La famosa, la llamada Judicatura del Poder Judicial no tiene una función eficaz. Les pongo nada más un ejemplo: Desde 1991 que se creó ese organismo para vigilar que los jueces actuaran con apego a la Constitución y con rectitud, desde entonces no han castigo a un solo juez, mucho menos a un magistrado y ni pensar en castigar a un ministro. No hay jueces, no hay magistrados, no hay ministros en la cárcel, como si se tratara del castillo de la pureza, como si en ese Poder no hubiese corrupción y hubiese impunidad. Eso es lo que se tiene que modificar.

Ustedes a lo mejor no conocen bien, porque estamos dando los primeros pasos en cuanto al establecimiento de un verdadero Estado de derecho en nuestro país y no se conoce cómo funciona todo lo que es el Poder Judicial, a lo mejor han escuchado del Consejo de la Judicatura nada más porque tiene un presupuesto enorme, muy cuantioso y lo dedican a la pura publicidad de radio, de televisión, pero no a la función primordial que deben de cumplir, la de procurar que haya honestidad y haya rectitud y haya integridad al interior del Poder Judicial. Por eso es fundamental cambiar, modificar, la Constitución con el propósito de reformar al Poder Judicial de la Federación.

También debe modificarse la Constitución para que la democracia deje de ser una farsa. Yo creo que de esto todos, todas, están concientes. Todos los mexicanos sabemos que, como aquí lo expresó José Agustín Ortiz Pinchetti, hemos retrocedido con este agravio, con este ataque a la democracia que se da a partir del robo de las elecciones presidenciales.

Debe la democracia convertirse en una realidad, dejar de ser una farsa. Esto permitirá, si se reforma la Constitución, nuevos organismos electorales, garantizar elecciones verdaderamente equitativas, libres y limpias, que ya los organismos electorales no se integren con gente recomendada por Elba Esther Gordillo o por los dirigentes del partido de la derecha.

¡Nunca más —y ese es el propósito de la revisión a la Constitución— nunca más el fraude electoral! ¡Nunca más la intromisión del Presidente y del aparato del Estado para favorecer a un candidato! ¡Nunca más la injerencia impune de organismos del sector empresarial en campañas políticas!

¡Nunca más la difamación y la guerra sucia! ¡Nunca más el predominio del dinero y de los medios de comunicación en las campañas políticas! ¡Nunca más autoridades electorales facciosas o magistrados sumisos y mediocres que se hacen pasar por jueces! ¡Nunca más la burla! ¡Nunca más la simulación democrática!

Debe también modificarse la Constitución para erradicar la corrupción, el influyentismo y la impunidad. Debe haber castigos severos a quienes hacen jugosos negocios privados al amparo del poder público. Baste decir que hoy día, ninguno de los involucrados en el Fobaproa, el saqueo más grande del cual se tenga memoria desde la época colonial, ninguno ha pisado la cárcel ni ha devuelto lo robado. A los políticos corruptos y a los delincuentes de cuello blanco se les protege con leyes ambiguas, confusas, formuladas para esquivar la justicia y burlarse de la sociedad.

Hoy día, familiares de políticos, senadores, diputados y otros funcionarios públicos hacen gestiones y trámites y litigan sin escrúpulos en contra del interés general. Hoy día, los cargos de representación popular son meras franquicias para el tráfico de influencias. Ahí está el caso que se ventiló el día de hoy de Emilio Gamboa y de todos los corruptos que forman parte del bloque del PRIAN.

El conflicto de intereses, el tráfico de influencias, la impunidad, ni siquiera están tipificadas como delitos en nuestros códigos penales.

En suma, este régimen político ya no sirve, está podrido y hay que construir algo nuevo y eso es lo que vamos a hacer en la Convención Nacional Democrática.

Hay otro asunto que también debe tomarse en cuenta en el proceso de reformas a la Constitución. Me refiero a la urgente necesidad de frenar el empobrecimiento de nuestro pueblo. Por eso proponemos que debe establecerse en la Constitución el Estado de bienestar, para dar protección a todos los mexicanos. En particular, debe elevarse a rango constitucional el derecho a la pensión alimentaria para todos los adultos mayores del país, debe elevarse también a rango constitucional el otorgamiento de becas a todos los discapacitados pobres, se deben destinar recursos suficientes, y esto debe quedar establecido en la Constitución, para garantizar el derecho a la salud y a la educación pública, gratuita y de calidad en todos los niveles escolares.

También, dentro del marco del Estado de Bienestar, deben establecerse mecanismos para hacer valer el derecho a un salario justo y bien remunerado. Es cierto que la reivindicación de salario justo y remunerado está contemplado en la Constitución, pero siempre ha quedado en letra muerta. Hay que hacer efectivo este derecho.

Los políticos tradicionales, seudodemocrátas, siempre ponen de ejemplo de la transición democrática el Pacto de la Moncloa en España, pero se olvidan que ese acuerdo tuvo que ver no sólo con el sistema político, con los cambios al régimen político y con la alternancia en el poder, sino que incluyó también, y esto es lo mero principal, el establecimiento en España del Estado de Bienestar, como quedó establecido en el artículo 50 de la constitución de ese país.

Nosotros vamos a luchar para que en la Constitución quede establecido el Estado de bienestar, para que haya garantía, como lo hemos venido planteando, para que haya protección a la mayoría de los mexicanos, para que haya seguridad desde la cuna hasta la tumba, ese es nuestro ideal y vamos a luchar para lograrlo.

En fin, para erradicar el régimen de corrupción y privilegios y crear una nueva República, sobre la base de la libertad, la justicia, la democracia y la dignidad, es indispensable que trabajemos, si así lo mandata la Convención, en la elaboración de nuestras propuestas de reforma a la Constitución Política de México.

Por eso la importancia del proyecto de resolución que se ha presentado en esta Asamblea.

Amigas y amigos:

Cada vez hay más entusiasmo con miras a la Convención Nacional Democrática. Cada vez se habla más de la Convención y de su importancia.

Yo les digo a ustedes que, hablando con sinceridad, es tan importante lo que está por iniciar que podríamos decir que se queden nuestros adversarios, que se quede la derecha, no, que se queden con su régimen de corrupción y de privilegios, que se queden con lo podrido, que se queden con la inmoralidad.

La derecha que fomenta el odio, el clasismo y el racismo, que se queden con sus prácticas y con sus políticos corruptos. Allá ellos. Nosotros ya decidimos tomar otro camino. Vamos a transformar la vida pública de México. Vamos a construir y a establecer una nueva República. Vamos a gobernar con una mano y a transformar con la otra. Las dos cosas: Vamos a gobernar y vamos a transformar al mismo tiempo.

¡Viva la Convención Nacional Democrática!

¡Viva México!

¡Viva México!

¡Viva México!


 
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