Cambiemos a México

jueves, octubre 05, 2006

No basta con liberar presos políticos, dicen campesinos en Oaxaca.

AFP
05/10/2006

Oaxaca, Oax. Los manifestantes que han instalado decenas de barricadas en el centro de la ciudad turística de Oaxaca aguardaban expectantes el jueves los resultados de las negociaciones de sus dirigentes con el gobierno destinada a resolver la prolongada crisis en esa región del sur mexicano.

"Estamos esperando la respuesta del gobierno federal, estamos al pendiente, pero parece que las negociaciones no avanzan. Hasta que no pongan la salida de (el gobernador) Ulises Ruiz en la mesa nos quedamos", dice Carolina Cruz, una militante del Comité de defensa de los derechos indígenas de Oaxaca, escuchando Radio Universidad, una emisora tomada por los manifestantes.

Alrededor del Zócalo (plaza central), los maestros ocupan unas quince manzanas desde el 22 de mayo, a pesar del intento de desalojo de la policía antimotines del gobernador Ulises Ruiz, que ellos quieren derrocar.Carolina Cruz y sus compañeros instalaron una tienda de campaña bajo las arcadas del palacio de Gobierno local.

"Nos proponen liberar nuestros presos políticos pero es la mitad de lo que demandamos, Ulises Ruiz debe irse", insiste esa indígena zapoteca desempleada.

"Es desgastante físicamente y económicamente, pero la gente nos apoya, nos traen despensas, víveres", añade enseñando el humilde campamento en al Zócalo.

César Díaz, campesino de 28 años, vino de Santiago Xanica, un pueblo ubicado en el sur del estado de Oaxaca a doce horas de autobús de la capital, donde se encuentra con sus esposa y sus dos niños desde más de tres meses.

"No pedimos mucho, queremos dignidad, educación y una mejor calidad de vida. Nosotros, indígenas, no tenemos derechos. Nos tratan como mercancías. Los políticos solo se acuerdan de nosotros cuando hay elecciones, llegan con bultos de cemento, despensas, gorras y playeras", denuncia este militante.

"Se lleva millones y nosotros, no tenemos nada, y el gobierno hace la vista gorda", dice acerca del gobernador Ulises Ruiz, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que siempre ha gobernado el estado de Oaxaca, tierra ancestral de los indígenas Zapotecos y Mixtecos.
Los edificios coloniales del centro de Oaxaca muestran los signos de la rebelión: "Fuera URO (iniciales de Ulises Ruiz Ortiz)", "ya desconocemos Ulises como gobernador" o "la iglesia no ayuda al pueblo, lo manipula", sobre una pared de la catedral del siglo XVI.

Sentados en las bancas del Zócalo, en sillas o sofás en la banqueta con una lona tendido para protegerles del sol ardiente, las maestras bordan, cosen y tejen mientras charlan de política o de telenovelas.

Los accesos al centro histórico, rebautizado "el pueblito", han sido bloqueados por paredes de láminas, bultos de arena o un coche quemado. Una anciana sale de su casa para ofrecer café a unos manifestantes.

A pesar de la ocupación, los comercios están abiertos, pero la clientela de turistas extranjeros es escasa.Dos maestros en huelga de la escuela 21 de Noviembre de Oaxaca esperan que delegados del sindicato de maestros les informen del diálogo en México.

"Vamos a ver, vamos a seguir aquí. Ulises (Ruiz) se burló de nosotros. Nos propuso un aumento de un peso noventa centavos por quincena (17 centavos de dólar). Habla de diálogo pero no quiere dar nada. Se burla del pueblo", dice Rafael Méndez.

Una maestra del pueblo indígena de Santiago Tlazoyatepec espera que la crisis se resuelva para dar clase y volver a ver sus alumnos, privados de escuela desde finales de mayo. "Al gobernador no le importa la educación, a nosotros, sí. Vamos a recuperar las clases para que no sean penalizados los niños", promete la maestra que se queda sin sueldo por la huelga.


 
Site Feed