Cambiemos a México

jueves, octubre 05, 2006

Itinerario Político
Ricardo Alemán
05 de octubre de 2006

Se va Ulises

Los estrategas del gobierno federal habrían llegado a concluir que han sido derrotados.

No es ninguna novedad señalar que la crisis general que vive Oaxaca ya se convirtió en un capítulo más de la "guerra" política que desde el 2 de julio le declaró el "legítimo" al gobierno de Vicente Fox y al presidente electo Felipe Calderón. En esta mutación, el grupo en rebeldía -integrado por la APPO y el magisterio disidente- ya se transformó en el principal ariete del lopezobradorismo en una batalla que, por lo menos en el círculo mediático, va perdiendo el gobierno federal.

Lo que sí es novedad -y que de concretarse se convertiría en la noticia más importante del fin de sexenio- es que ante las mutaciones que ha sufrido el conflicto oaxaqueño, el gobierno federal también habría mudado su estrategia respecto de la crisis de Oaxaca, y junto con el PRI y con un grupo de gobernadores de ese partido, se empeñarían en convencer al gobernador Ulises Ruiz para que de manera voluntaria solicite licencia al cargo. En esa estrategia se tiene previsto ofrecer garantías políticas al mandatario saliente, al PRI, para que mantenga el gobierno y a los grupos en conflicto.

¿Qué pasó? ¿Por qué esa presunta mudanza en la estrategia gubernamental? ¿Quiere decir ese cambio que se rompe el pacto entre el PRI y el gobierno del PAN? Lo que ocurre es que los estrategas del gobierno federal habrían llegado a la conclusión de que han sido derrotados en la guerra mediática en que se ha convertido la crisis oaxaqueña, al tiempo que se ha fortalecido la presión de los verdaderos adversarios del gobierno foxista: el lopezobradorismo y los grupos radicales de su partido, que en los últimos días terminaron por colonizar a los grupos rebeldes de Oaxaca.

Es decir, que el Revolucionario Institucional y Acción Nacional habrían acordado ya no sostener más al gobernador Ulises Ruiz, para cortar de tajo con una crisis que ya es más política y mediática, que por la reivindicación de los graves problemas de Oaxaca. Con esa nueva estrategia pretenden desactivar no sólo la protesta, sino desarmar al lopezobradorismo, que pretende convertir ese conflicto en su principal fusil contra el saliente gobierno foxista y la entrante gestión calderonista. Y es que la crisis oaxaqueña no sólo ha salido de su lugar de origen, sino que se ha convertido en el más grave conflicto nacional del fin del sexenio. Pero sobre todo se transformó en un espectáculo mediático que opera contra el gobierno federal y aporta combustible para mantener viva la guerra política surgida el 2 de julio. PRI y PAN habrían entendido que les sale más caro "el caldo que las albóndigas". Esa es la verdadera negociación.

Y es que los aliados del PRIAN habrían llegado a la conclusión de que la rebelión oaxaqueña no será resuelta con el diálogo, la negociación y menos el acuerdo. La APPO y el magisterio disidente no quieren nada más que la derrota de su adversario, que es el gobernador Ulises Ruiz, de quien piden la cabeza -y ahora la derrota del gobierno federal-. Así, exploran otra vez la posibilidad de que de manera pactada sea Ulises Ruiz quien pida licencia al cargo, para desactivar no sólo a los rebeldes oaxaqueños, sino al "legítimo".

Todo indica que surtió los efectos esperados la "guerra mediática" emprendida contra el gobierno federal -una campaña que lo hace aparecer como gobierno represor ante la eventualidad de resolver el conflicto mediante la intervención de la fuerza pública-, que en el fondo no es más que una muestra de que entre partidos políticos y fuerzas opositoras está más presente que nunca la cultura de la impunidad. Y es que tienen razón las muchas voces que reclaman que se atienda ese conflicto mediante la política, el diálogo, la negociación y el acuerdo. Pero la solución política no debe ser sinónimo de impunidad.

La impunidad es la otra cara del conflicto, la que pretenden ocultar muchas de las voces que apelan a la solución política. Todos saben que los de la APPO y del magisterio han convertido su movimiento social -legítimo o no- en una grosera demostración de impunidad, ante una larga cadena de delitos que serían inaceptables en una democracia como la naciente democracia mexicana. ¿Qué va a pasar con los presuntos delitos federales, graves, como el secuestro, homicidio, robo calificado, portación de armas, motín y asalto a instalaciones de radio y televisión, entre muchos otros? ¿También se negociará la impunidad? ¿Esa es la negociación a la que apelan las muchas voces que piden el diálogo y la negociación?

En realidad se puede llegar a la renuncia voluntaria de Ulises Ruiz, con lo que se podría resolver la parte más visible del conflicto, pero en el fondo la caída del gobernador no resolverá nada, ni lo profundo del conflicto, ni lo grave de los delitos cometidos. Los estrategas gubernamentales tienen claro que se pueden ofrecer garantías políticas al mandatario renunciante -lo cual también sería una muestra de impunidad-, pero el conflicto regresará a su punto de partida, cuando se decida ejercer acción penal contra los líderes de la APPO y del magisterio que cometieron delitos graves en su protesta social. ¿Quién hará valer el estado de derecho en Oaxaca? ¿Una negociación? Al tiempo.

aleman2@prodigy.net.mx


 
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